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viernes, diciembre 25, 2009

La sigilosa operación que preparan los think tanks y los Tantauco: Cómo «instalar» un eventual gobierno de Piñera

Hace tres semanas, en una cita en el Instituto Libertad se conformaron los equipos, por ministerio. Cristián Larroulet, María Luisa Brahm y Miguel Flores coordinan trabajo que espera replicar lo que hicieron Boeninger y Correa en 1989: que cada secretario de Estado reciba una carpeta con prioridades, proyectos, perfiles y nombres.

El sábado pasado la cita fue en la casa de la directora del Instituto Libertad, María Luisa Brahm. Ayer volvió a ser la anfitriona de sus pares de los principales think tanks de la Alianza en la casona de Galvarino Gallardo. En un largo almuerzo, de más de tres horas, junto a los jefes del Instituto Libertad y Desarrollo, Cristián Larroulet, y la Fundación Jaime Guzmán, Miguel Flores, repasaron los avances de la sigilosa operación que partió hace 20 días y en la que trabajan en conjunto con los 36 coordinadores de los Grupos Tantauco: «la instalación del gobierno de Sebastián Piñera», como señala el título de uno de los power point que circula entre estos equipos.

Fue el propio candidato de la Coalición por el Cambio, cuentan, quien dio luz verde al inicio de un proceso "inédito" en la oposición, que no se realizó en ninguna de las candidaturas anteriores -ni con Joaquín Lavín, en la segunda vuelta de 2000, ni con el propio Piñera en el balotaje de 2005- y que tiene como objetivo servir como "insumo" para una eventual administración «piñerista». Así, afirman quienes participan del proceso, el objetivo central es realizar un detallado "mapeo del sector público", esto es, identificar en cada cartera desde los proyectos de inversión pública hasta las prioridades para 2010 y las iniciativas legales en trámite en el Parlamento. Y, por cierto, además están trabajando los perfiles para los distintos cargos y acopiando datos, por distintas vías, de profesionales que podrían entrar al aparato público.

Un símil, recuerdan algunos, a lo que hicieron los ex ministros Enrique Correa y Edgardo Boeninger en 1989, cuando, al alero del comando de profesionales por Aylwin, juntaron a más de un centenar de dirigentes -provenientes de los entonces poderosos centros de estudios y ONG concertacionistas- y que terminaron siendo los principales insumos de los cuadros de gobierno. Pero quienes participan del actual proceso recalcan que, más que el reclutamiento de personas, el objetivo de este trabajo -que tiene su primer dead line el 17 de enero- es que cada eventual futuro ministro reciba, tal como ocurrió en 1990, una carpeta con los insumos fundamentales -en cuanto a objetivos y medidas- para los primeros cien días de gobierno y para los cuatro años de mandato. Todo ello cuando el cambio de mando podría tener el 11 de marzo un elemento que no ocurre hace 20 años: el cambio de signo político.

La mayoría, reacios a referirse al tema porque -dicen- "en la puerta del horno se puede quemar el pan", admiten sin embargo que desde hace tres semanas están trabajando "a tiempo completo", que las reuniones son diarias y "por decenas" -en algunas de las cuales ha participado el propio presidenciable- y que los jefes de los centros de estudio se juntan al menos una vez a la semana para revisar el curso de los acontecimientos.

La cita clave, el 4 de diciembre

¿Cuándo empezaron a trabajar?

Apenas se entregó el programa de gobierno y el punto de partida fue la discusión de la Ley de Presupuesto, en noviembre, cuando comenzó a ponerse internamente énfasis en lo que llaman etapa de "transición" o "instalación". La idea -que trabajó Piñera en sus frecuentes reuniones con los coordinadores de los grupos Tantauco Felipe Larraín, Felipe Morandé, Rodrigo Vergara (hoy flamante consejero del Banco Central) y Harald Beyer y los jefes de los think tanks - era tener un completo panorama de los programas, gastos comprometidos y prioridades para el 2010.

Pero hace tres semanas, cuentan, se pasó a una "segunda etapa". El viernes 4 de diciembre y a 9 días de la elección, acudieron al Instituto Libertad Larroulet, Flores y Brahm, la mayoría de los 36 coordinadores de los Grupos Tantauco y los técnicos de los institutos en las áreas donde tuvieran.

Los tres ejes

Ahí empezó el trabajo técnico, que está dividido en tres ejes, que tienen en común el "diagnóstico" de la situación del aparato público y el diseño de objetivos:

N La idea es hacer un catastro de todos los proyectos de inversión (como fecha de inicio y posibles problemas) , compromisos presupuestarios, fondos concursables en ejecución y concursos públicos para el 2010 por ministerio . Esta tarea está a cargo de los coordinadores Tantauco por áreas más los expertos de los centros de estudios, que se juntan en minigrupos de dos o tres personas. Y aquí Piñera ha pedido detalles, aseguran, como cuántas obras de infraestructura se van a iniciar o cuántos puentes se van a construir. Y en un área mostró preocupación especial: en salud pidió saber con exactitud cuántos hospitales se van a construir o reparar y cuándo, cuántos consultorios se van a equipar.

N Los mismos equipos están haciendo en paralelo otro catastro: el levantamiento de información sobre la agenda legislativa por área . Esto tiene "dos patas", afirman: ver los proyectos de ley en trámite en el Congreso -con estado de avance y un informe sobre lo que se debería hacer con ellos- y propuestas sobre las iniciativas que debería impulsar Piñera a la luz de su programa.

N El área más sensible, y sobre la que menos se quieren explayar es sobre el «mapeo» de los recursos humanos . Acá, afirman que lo primero que están haciendo en cada sector es un perfil detallado -incluyendo el análisis de qué profesión conviene más en cada uno- que deberían cumplir los profesionales en los cargos de confianza.

Aquí, recalcan, pese a que siempre se ha hablado de que un gobierno entrante tiene que llenar entre mil y mil 500 cargos -como superintendentes o jefes de servicio-, hacen notar que ya hay una cuota importante que está bajo el alero del sistema de designación de la Alta Dirección Pública, donde hoy hay 102 cargos de nivel 1 y 693 de nivel 2. Muchos fueron llenados durante la administración de Michelle Bachelet -algunos incluso muy recientemente- en un sistema en el que participan representantes de la Alianza. Una de ellas, la directora del Instituto Libertad y uno de los «cerebros» del diseño para la instalación de Piñera, María Luisa Brahm, y Rossana Costa (de Libertad y Desarrollo). Por lo tanto, recalcan, "es un proceso de nombramientos en el que existe conformidad" y es muy probable que muchos de ellos se queden. Y es que, tal como lo ha señalado varias veces el candidato, la idea no es hacer una razzia de los funcionarios de la administración concertacionista, sino que, aseguran, se aplicará un criterio de "eficiencia". ¿Hacia dónde están mirando? Profesionales jóvenes, técnicos que no provengan de las estructuras partidarias. ¿Cómo los reclutan? Tienen los ojos puestos en quienes trabajan en universidades o son, por ejemplo, abogados y economistas que colaboran con los partidos. Y citan como ejemplo de «semillero» el programa estrella de la Fundación Jaime Guzmán, Jóvenes al Servicio de Chile.

Con toda esta información en sus carpetas, dicen, cada ministro y el gobierno, en general, deberán fijar sus prioridades para los primeros cien días . Ello, teniendo siempre en cuenta -dicen quienes participan de este proceso- que una eventual administración de Piñera será medida por los puntos que ha enfatizado: crecimiento, empleo (prometió un millón de nuevos puestos de trabajo), y productividad.

Las apuestas de los partidos

Los partidos también siguen de cerca este trabajo.

En la UDI , es directamente su presidente, Juan Antonio Coloma , quien está permanentemente informado sobre los avances. Incluso ha sugerido contactos y el chequeo de algunas propuestas legislativas. En la directiva reconocen el perfil "técnico" de los cargos que los centros de estudio examinan -cuya marca de "excelencia" comparte el timonel-, y sienten que su responsabilidad "lógica" está en los cargos políticos: subsecretarías y ministerios. En el partido, el tema -que lo maneja en total reserva- lo lleva sólo Coloma: de hecho, en la comisión política del lunes pasado fue mandatado como "único" interlocutor ante Piñera .

En la UDI son partícipes de que el perfil de quienes ocupen los cargos técnicos sean jóvenes profesionales con preparación. Es por eso que el propio Coloma, y otros en el partido, han sugerido nombres disponibles. Las mismas características deben tener, en su opinión, quienes tomen puestos de exclusiva confianza, aunque enfatizan que no discriminarán por edad. Eso sí, en el gremialismo prima ante todo la idea de que no se levantará a parlamentarios para tomar este tipo de responsabilidad, como ocurrió con la ex vocera Carolina Tohá. Entre los "favoritos" en la UDI para un eventual gabinete está el del presidente de la Cámara, Rodrigo Alvarez, y el ex presidenciable Joaquín Lavín... Ambos están actualmente en etapa de "reflexión" sobre su futuro. También el diputado Marcelo Forni, quien suena para la Subsecretaría del Interior.

En RN, en tanto, si bien su timonel, Carlos Larraín, no sigue el tema día a día, se habla a los cuatro vientos de la necesidad de que quienes ocupen cargos intermedios como intendencias, gobernaciones y seremis cumplan cuatro condiciones. En primer lugar, la "honradez", para lo que -afirman- se deben revisar todos los antecedentes, incluyendo los financieros. También que tengan un "implante local", es decir, que sean personas que pertenezcan a la zona donde se les designe. Luego, que su preparación y estudios sean "comprobables", y que no haya obligatoriedad en la militancia. Además, Larraín ha dejado entrever que espera que sean los candidatos a diputados RN que perdieron la pasada elección quienes tengan prioridad en este tipo de cargos.

La «red» de la Fundación Jaime Guzmán

El know-how que la Fundación Jaime Guzmán ha adquirido con el tiempo en la «cosecha» de profesionales jóvenes -como su programa Jóvenes al Servicio de Chile, por el que ya han pasado 300 personas- también se aplica esta vez.

Su director, Miguel Flores , en conjunto con el ex candidato a alcalde por La Pintana y ex gerente general de Blanco & Negro, Alvaro Cruzat , se han abocado a la generación de una red de profesionales que -con un perfil técnico y fuera de los partidos políticos- estén dispuestos a trabajar en un eventual gobierno de Piñera.

Para «reclutar» a la mayor cantidad de gente posible, se designó a 25 «cabezas de serie»: personas que tienen la misión de contactar a 25 profesionales más que estén interesados en el tema, a fin de crear una «bolsa» de nombres de quienes Piñera podrá disponer en marzo. Los contactados -algunos de los cuales ya han sido entrevistados - son consultados respecto del área de interés, la disponibilidad de tiempo y la disposición a cambiar de ubicación geográfica. Este listado se ve como busca complementar la labor que la FJG con los demás centros de estudio (ver nota central).

En el Instituto Libertad, aseguran, una labor parecida -de entrevista de profesionales- ha realizado José Miguel Izquierdo.

El futuro de los institutos: Los planes de contingencia ante la posible «emigración» de profesionales

Por lo menos dos de los centros de estudios que participan en el «aterrizaje» de un eventual gobierno de Piñera ya han esbozado líneas para enfrentar el que muchos de sus profesionales emigren al aparato público. Ello en la idea de evitar lo que le pasó en los '90 al oficialismo: al llegar al poder vieron desdibujados sus tradicionalmente poderosos think tanks , pues se volcaron al Gobierno y fueron sus semilleros.

En Libertad y Desarrollo esperan mantenerse tal cual, especialmente en áreas como la asesoría legislativa de los parlamentarios. Así, cuentan que ya tienen asegurado financiamiento y se comenzó a sondear a quienes podrían ser reemplazantes de sus investigadores. También están conscientes de que su director, Cristián Larroulet , es visto en el «piñerismo» como "favorito" para el cargo de ministro Secretario General de la Presidencia . Internamente, la opinión es que debería ser alguien del mismo instituto quien asuma.

El caso de la Fundación Jaime Guzmán es parecido: dicen que su labor no variará dependiendo de la administración y ya han comenzado a sondear a quienes podrían reemplazar a sus profesionales.Aunque su directorio aún no debate este escenario, en su interior tienen claro que se menciona con fuerza a su director, Miguel Flores , como candidato a la Subdere , por su manejo al dedillo del tema municipal. Pese a que el tema de su permanencia tampoco ha sido tratado formalmente, si se concreta, la idea también es que asuma alguien que hoy pertenezca a la institución.

El presidente del Instituto Libertad , Roberto Ossandón , en tanto, piensa que "indudablemente" este centro de estudios perderá preponderancia si la Alianza gana, porque cada ministerio tendrá sus propios equipos. Si bien el tema aún no se ha hablado en el directorio, piensa que "el Instituto tendrá que enfocarse a las asesorías municipales, de gobiernos provinciales y de gobiernos regionales, porque la parte legislativa va a estar orientada por el gobierno".

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